Saturday, January 12, 2008

Season of Glass (Ono Soul)


Persa hoy día, luego de dejar la casa de doblevé a las 10.30 de la mañana. No me hubiera ido (no en estos tiempos) de no ser por los discos. He aplazado la compra del Season of Glass de Yoko Ono ya tres oportunidades: miedo a encontrarse con la melosas melodías de John Lennon que me restituyen a un estado antipático. Mucho Beatles en este mundo y demasiada iteración de ellos en el fractal musical. Años de fonoadiccón he escuchado a los Beatles en cada singular acorde de Kraut y desde ahí para adelante. No quiero ni mencionar bandas del dos mil. Allmusic proporciona la información necesaria para el ímpetu. Season of Glass --- Experimental, y en esta curiosa etapa de Sesselberg, Thollot, Ash Ra Tempel y Taj Mahal Travellers, no hay un nombre que me cosquillee más el estomago musical. Ya no hay miedo, por cinco mil pesos nadie le puede temer a un disco experimental de la Yoko Ono, excepto claro aquellos con una tendencia marcada al desorden producto de una temprana liberación infantil juvenil, evasión de responsabilidades, aquellos que necesitan la marcialidad ahora in his 20’s porque los padres nunca les apretaron el cinturón intelectual. Yo no. Yo crecí con el cinturón dos centímetros por debajo de mi piel. Yo tuve miedo la primera vez que realicé una resta que me dio un número negativo, en 2do o 3ro básico, o por lo que a mi respecta quizá antes, miedo a eso diferente que no se me había enseñado y estaba fuera, dos centímetros fuera de mi potencial. Ahora esta música, para quebrar los ordenes, flagelar las sinapsis, concretar el trabajo que empezó la marihuana años atrás. 5 mil pesos Season of Glass, 7 mil pesos Phallus Dei de Amon Duul II, 8 mil pesos el Mekanik Destruktiw Kommandoh de Magma. Quién iba a pesar que estos discos habitaban el Persa. Mientras reviso una serie de Lp’s de Robert Plant y Electric Light Orchestra encuentro uno de Carla Bley con su mejor pinta Madonna Minongue. Fusión me explican. No me gusta el fusión, demasiado Coleman y Coltrane como para que me guste el fusión. Pero eso es hoy. Revisando el Lyric Sheet escucho “Amon Duul”, el NWW radar se prende de inmediato, como cuando otrora escuchaba algún comentario sobre animación japonesa. Sí, este tipo no es como los de tres puestos más allá que parecen saber de Maiden y de los Beatles y solo de ellos. (de todas formas agradezco que me hayan prevenido al querer comprarlo que el Sticky Fingers de los Rolling Stones era una edición peruana de crappy sound --- Caballos Salvajes --- a quién se le puede ocurrir traducir esos nombres. Y después revisando los Cd´s, porque el tipo de Amon Duul tiene en vinilo, a una mirada inocente como la que me está iniciando (de esto me arrepiento ahora, para los próximos textos he idas al Persa), puras chuchería progresivas o malamente poperas que incluyen desde Whitesnake a Kitaro, pero en Cd una colección increíble, harto Pysch Folk, dos discos de Magma uno que ahora poseo yo y varias iteraciones de lo que en Providencia encuentras por 12 a 19 mil “módicos” pesos. De vuelta al hogar el auto en el estacionamiento 45 grados centígrados sensación térmica de 50 grados centígrados en la primera propulsión de aire del acondicionado. Mala señal para un vinilo tan delgado como en del Yoko Ono. Manejo de vuelta por las malogradas calles con el vinilo en mi pecho, tomando muy mal las curvas para no estropearlo, viéndome probablemente muy ridículo. Todo mientras escucho el de Magma, que le va otorgando la epicidad necesaria a una mañana ordinaria de sábado, con todas las cosas que pienso y dejo de sentir por el afán de comprarme discos. Voces femeninas corales, el ocasional punteo psychprogfolkjazz que me disipa los signos pare y las luces roja y me pone más cerca de la muerte, o de la ley. Pero en este momento la ley es escuchar música, ya ni siquiera escucharla, algo menos complejo que poner las orejas, una reacción química. Llego a mi casa y pincho el de la Yoko Ono mientras abro todas las ventanas que ayer dejé cerradas para ir a la casa de dobelevé. Un olor un poco rancio, quizá una torta (5 de enero) un poco podrida. El viento empieza a circular mientras la aguja suelta los primeros chirridos de estática. Luego, un acorde que recuerda una muerte. Luego, una voz que recuerda el docu de Fred Frith. Luego, una lírica que es una iteración. Allmusic reafirma la sensación de la información flagelada, no podemos fiarnos de nada. Estoy escuchando un disco de Yoko Ono que tiene exactamente los acordes melosos que me ahuyentaban de él. Y me gusta.



1 comment:

con. said...

tengo uno que venderte. a cien pesos, si quieres. que haya transacción. que se aleje del regalo, nada más.