Nos inunda una sensación de alcohol, el deseo propietario. Ojos brillantes debajo de un auto. Carrocerías; imágenes de la gente sus lugares. Los nombres que podrían tildar a mis amigos borrachos como huasos. Ademanes de la poesía. – Vuelve – gritaba por msn y se hizo un silencio. No te ayudé. Jamás lo hice mírate ahora. Solo quiero un poco de calma en los libros: ahí la muerte. Disculpa el oficio de concomitante son las mañanas enteras y la semana santa absolutamente drogados. Espero no olvidarte como a algunos primos. Lo extraño es como empieza a florecer esta idea del árbol, las ramas mi sangre, quiero recuperar mi sangre que se ha repartido en la historia. Ser uno con el tiempo (crescendo de velocidad despreciable o una Gymnopedia). La ciencia debate sus victimas en los elementos; el agua que me ducha mientras escribo, el fuego que prende este cigarro que voy a levantarme a buscar; pausas entre lo todo. Quién es esta persona la culpa del oficio ¿?. Y ni siquiera un lugar para escribir; entre los escombros y el resto de nuestros desechos la habitación próxima al taller de mi hermana, las toallas colgadas y porvenir flores. Empiezo a generar los gritos desde un lado a otro. Algo me guiña un ojo. Empieza a pisotearme la vida los tipeos – Los únicos poemas muertos en los baños – cuando reconozco las lagrimas autenticas de mi hermana que no suceden habito un poder. Su poesía temprana, cuando parecía merlina, mirando los huecos entre las bocas y los órganos que ejercen. Me has escrito desde otra cosa que puedo decir hermano. Cuando tenga por fin mi paisaje, cuando tenga por fin mi paisaje recordaré que alguien está escribiendo por mi, Nicolás o tú u otro mientras estén realizándose. Si alguien pudiese repetir idénticamente este texto diría no te ayudé, y al final de la escapada yo sería su escritor favorito.
Tuesday, July 08, 2008
al final de la escapada.doc
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