Monday, January 21, 2008

Free Jazz



Free Jazz
A collective improvisation by the
ORNETTE COLEMAN
DOUBLE QUARTET

Mi copia de Free Jazz es una reedición en vinilo por Atlantic que asegura un sonido de buena calidad que mi aguja no interpreta. los chirridos exhalados permiten una asociación cultural que no es sumergirse (u otro verbo que represente el acto inocente y profundamente culpable de escuchar un disco) más bien buscar las raíces de estas intenciones que son letras tratando de marcar un compás, quebrado o abyecto. En mi tornamesa (así aseguran los Liners de mi edición) se está “expresando nuestras (la de Ornette y co.) mentes y emociones tanto como los aparatos electrónicos puedan capturar”. Esta necesidad provoca el titulo de este disco, pero las necesidades están lejos de ser libres. La música es el espejo del desorden, que debería ser la única palabra sin espejo, porque las calles y los tableros de ajedrez no dicen nada sobre los caminos y menos la vida de la gente que las camina. A ratos Ornette deja entrever que “la forma del jazz porvenir” es aún la tradición del Bop para luego ceder a un quiebre de convenciones digno de la forma de la improvisación. El trabajo previo es mínimo, olvidando los años desde que estos gatos soplaban percutían y pulsaban sus instrumentos en la acera de alguna calle gringa, la figura invariable del pobre y adicto Charlie Parker. Pero el dolor no se abre paso, no hay poemas negros en este disco. Conducido sobre todo por la forma del “jazz to come”: sentimientos sensuales que no encuentran su cristalización en la forma dramática, es imposible dibujar el rostro de la mujer que me sacude su terciopelo en la entrepierna mientras estoy escuchando esto. Porque hay una mujer, y una aventura, y un dolor que es fácilmente superable por la música. Claro, me discuto a mi mismo, alguien podría decir esto si escuchase Donna Lee de Charlie Parker, y la vida de Parker todos la creímos del “El Perseguidor” de Cortázar, y Julio es un chicle, una pastosa masa que depende de su densidad y viscosidad mientras el mundo no se deshaga. Donna Lee es un festin a la velocidad de los tiempos, y el dolor de Parker es ser “Absolutamente moderno” y más allá. Sus notas dejan ver el apuro en destruirse y volverse una tonada extinta que proporcionó los dolares para el siguiente hit of sunshine. Free Jazz provoca la tensión desde la soledad de sus improvisadores, que se atisban como otra mujer en la micro o un destello que fue un gato, pero realmente solos, entonando sus melodiosos jazz to come esperando encontrarse en el infierno, donde realmente estará el jazz que pregonan. Releyendo no puedo evitar confirmar la sensación de finitud que toda la música me proporciona. Es obvio, en este acto sublime que es el sonido, el espejo del desorden, surge esa otra interpretación (por una necesidad brutal) de catalogarse en espacios arquitectónicos, encerrarse a escuchar el disco, salir a caminar escuchando el disco, escuchar el disco en el auto, escuchar el disco cuando se hace el amor, un espacio desvirtuado (ya he hablado de la virtud) que busca su forma. Es triste asumir que esta música que busca la libertad sugiere inmediatamente el espacio donde ocurre, la sala de ensayo, Ornette y co. sobre unas alfombras con diseños hindúes, los improvisadores aparecen como seres incontenidos que lloran lagrimas más saladas porque lo son en la ficción, como una antigua novela inglesa o ¿nuestro? Martín Rivas. Todos los reviews indican al sujeto de su música y su música el regalo a través del cual los blogs y yo nos exportamos. ¿Muerte al Autor? de esa forma no podríamos hacer las asociaciones que producen los placeres sinápticos que luego forman el dialogo en las fiestas y la sobremesa. En “La vida está en otra parte” de Kundera el Autor sugiere que la verdadera libertad no existe, porque para ser verdaderamente libre sería necesario nacer sin padres, venir despojado y arrojado al mundo sin gratitud inherente. Pero este disco tiene su nombre clavado en mi imaginario, le pertenece a Ornette y ya es de tantos otros a los que le sugiere, gatos negros y blancos de Europa, Medio Oriente, Estados Unidos y Latinoamérica, gatos negros gritando a las armas a través de un micrófono y un saxo escupiendo guerrilla, gatos blancos paseándose en la desolación del final del camino, con sus saxos reverberados para encontrar otra cosa que sacuda sus corazones o sus penes, gatos que lo hacen por dinero y por heroína, gatos como Ornette que marcan sus nombres con aceros hirviendo y, como una violación prematura, no podemos olvidar.

Oiga FREE JAZZ AQUÍ/HERE

1 comment:

Anonymous said...

bueno tu blog...llegue a el desde la PETITION ONLINE de Sonic youth..
tienes interesantes artículos

ojala vengan los sonic..

saludos

pd:visita mi blog
www.musicaalborde.blogspot.com