Ash Ra Tempel, Starring Rosi, Alemanía 1973: Krautrock, Psychedelic.
Manuel Gottsching: Guitarra acústica y eléctrica, bajo, sintetizador, piano eléctrico, congas, melotron y vocales
Harald Grosskopf: Batería
Rosi Muller: Vocales, arpa y vibráfono.
Starring Rosi explota con Laughter Loving: marejadas de amor desnudo, mujeres de senos caídos y pelos castaños que ondean al viento en un espacio totalmente nórdico, o bien un Santiago precolombino que prefigura una sonrisa intensa, disimulada, sin la autoconciencia de la exposición publica. Las ganas de abrazarnos y de hacer el amor absolutamente drogados, mientras Manuel (que no conoce el termino arrastrarse, que todos sus verbos son palabras ostentosas de una vergüenza producto de los neones y las muertes circa 60’s 70’s: psicodélia) se desliza por su Gibson Les Paul con una facilidad que no puede más que dejarnos arrojados en el tiempo mientras se desgaja la sonrisa como una naranja dulce, o como la primera vez que nos invitamos un té.
Luego, Day-Dream: reencuentro con poemas que luego, a la mañana siguiente de su confección, invocan toda la inutilidad de la literatura. Pero no una plasticidad, un espacio inverosímil, sí, pero una narración que inevitablemente nos hace abrazar la metafísica, y por consiguiente, desear los colores y las brumas místicas que haría de nosotros redentores de nuestra propia ficción. “I´d like to know all about things that have´ve been in the World”, y creo que Manuel responde: “No one seems to know”. Es el secreto del universo, versan en ingles estos alemanes que saben (cuesta reconocerlo) introducirnos a todos los clichés de las fantasías que abren las ventanas de cualquier verdad a fuerza de una música hipnótica que conserva todo el dolor del blues y toda la textura que florece de los pasajes en trance: una guitarra acústica que repite sus acordes hacia la eternidad, invocando, como un mantra, un vacío absoluto que por fin sea saludable: “in the secret of the universe…”
Fade out. Aparece Schizo con Manuel y un wa-wa melodramático que recuerda los finales de las series del festival de los robots. De alguna forma parece ser las respuesta de Day-Dream, el viaje de esta inconsistencia hacia una ventana que fuera un espejo, los ojos del alma. El tema acaba rápidamente, un orgasmo en el ápice del mundo. Solo se puede ver el rostro de Dios durante unos segundos, y su nombre no se puede pronunciar.
Ready, steady, go! Cosmic Tango es acaso el tema más 70ero del disco. Rosi exhala durante todo el track, respiro sensuales y dionisiacos, imitando una sensación más propia de Estados Unidos que de una Alemania otrora Nazi. El tema es una radiografía a la interrupción de la cultura americana en la cultura alemana de post guerra, y en general todo el krautrock representa la apertura sicológica de un país flagelado e invadido por el free el avant y the great acid waves que en estados unidos estaban transformando a uniformados y deportistas en mercenarios del ejercito de Manson y otros a los cuales les abandonaría la conciencia, como el pequeño diamante loco de Fluido Rosa.
Interplay of forces retrocede en la historia de Ash Ra Tempel. Más orientado a las psicodelia distendida de Amboss en su disco homónimo pero conservando los rasgos hippies que caracterizan Staring Rosi: uso de guitarras acústicas y figuras rítmicas menos progresivas, más iterativas y mantricas, una sensación de bienestar terrenal, en búsqueda de una perfección que solo se puede dar a través de la presencia en la tierra y su consecuencia en la divinidad. Sin embargo, Interplay parece estar exento de temáticas; solo refuerza la línea general del disco: su animosidad, su perfil de música perteneciente a si misma y al momento de su producción, que es el sentimiento general de la música de Ash Ra Tempel: la improvisación, la espontaneidad de la performance, la “muerte del momento” que se reivindique en las texturas encontradas, todo lleno de espacios ficticios y sugerencias cósmicas. Como el gato Sun Ra que se decía del espacio, esta música se desgarra desde el abismo del alma.
Llegando al atardecer del disco se evoca una música de un naranjo ígneo, paralelo a un azul intenso que es la figura de la eternidad de la que Ash Ra Tempel abusa. El tema es una seducción grafica, una aventura erótica, sensual e inocente al fondo de unas cavernas cristalinas, que lloran diamantes mientras los amantes rozan sus cuerpos casi traslucidos. Esto es The Fairy Dance, un track naif que puede ser desagradable para alguien sin trayectoria en las audición de folk japonés y la tradición oriental. El tema evoca el proyecto que sería luego Manuel solo y Ash Ra, el new age que caracterizaría a muchos de los precursores del krautrock durante los 80´s en búsqueda de una música más minimalista y ambiental, de texturas por sobre un sentimiento explicito y calificable.
Al cerrarse el disco lo hace reproduciendo el dramatismo que ya escuché en Schizo. Parece lógica la progresión luego de Interplay y The Fairy Dance. Me desilusiona (lo hizo la primera vez que escuche el disco). Doy el tiempo para que surja el tema; como todo melómano es un deber acabar el disco hasta el último acorde o beat. Y cuando el sentimiento parece ser más intenso, cuando Manuel está traduciendo toda la poesía latinoamericana a través de sus efectos y defectos el bajo y la batería comienzan a marcar la pauta de lo que será el final del disco: un beat santanesco, un malon desenfrenado, un rave y la mirada lejana de una mujer extraída a través de un algoritmo de todas las imágenes pornográficas, seductoras y luego románticas que han atravesado los imaginarios. La música avanza trepidantemente. Lo que fuese dramatismo se transforma en una carrera a toda velocidad, contra el tiempo la adversidad y el amor. “the moment i saw you, i feel: you bring me up” y ese rush de sangre que nos invade desde toda la inseguridad. Un perfume que atraviesa una habitación. Tu rostro diciendo que por favor no te acaricie, el circulo de la infidelidad. El fervor de estar clavados al cemento y tu casa solo a pasos. Tu mirada reproduciéndose con deseo y miedo. Todas las veces que tuve que recordar tu rostro. No ahora, con Starring Rosi: el momento exacto en que nos dejamos ir y arrojamos las ultimas miradas.
Baja Starring Rosi AQUÍ/HERE