de lo que hablábamos, Cristóbal
mujeres sin rostro
sin sus naranjas traslucidas y cítricos
que dejen ver el odio
las soñamos o las ensoñamos y la ficción nos engaña
nuestra única mujer, como una mentira
seca
a la cara
ciertas palabras como escupitajos
despidos
notas odiosas
notas vergonzosas
el silencio y la novela muerta
el silencio y tu voz
comienza a dolerme la mandíbula, comienzo a palpar
cada una de las palabras que te diré
tú conduces, yo quiero fijarme en “las pequeñas flores que rompen el concreto”
entregarme a mis placeres personales
casi como follarte
sin ser el extranjero
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