Tengo una idea (que parece sonido e imagen) sobre una ciudad recorrida. Esa ciudad se divide en dos: la mujer-ciudad y la ciudad-ciudad y ellas (dentro de un gran laberinto) se conocen. Se aluden con distintivos culturales. Las palabras como broches y abrazos y a la distancia pareciera ser que cada ciudad es cualquiera. Eso es un texto de Kahlo, digo su nombre como buscando la clave que nos separa a todos y aunque todos flotamos sobre los mismos cristales: la distancia y el deseo, en una sola palabra. Asir los cuerpos; repetirlo por paroxismo o para agotarlo, elige. Siempre hay dos decisiones, una decisión. La noche se abren los gajos de cultura; la melomanía y el deseo; jaurías de perros que atacan a niños y ancianos en Antofagasta; la poesía de MJ, la de Rimbaud. Después de arrojar demasiadas líneas sobre una superficie determinada tenemos un diseño que algunos querrían concebir desprovisto de azar. Voces emulando la ficción, formándose: “pero no se puede subir el interés a los aranceles”, la vida con su novia la mía solo, la posición de la carótida, mi cuerpo fingiendo la guitarra de un tema. Hablo de redes; esta voz la que escuchan es Hablamos de redes. Y ni siquiera nos permitiremos el secreto de lo otro. Cuando las vacas aterricen deberán verlo todos.
Saturday, May 17, 2008
siudad.doc
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