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hora de invocar la perspicacia,
como cualquier florecimiento, explotarse
hervir la cultura en plato frío
venganza
sobre tu nombre y las piernas abiertas

de toda la pornografía, la violencia
aparte de una praxis singular y una voz que quizá
te invento
poesía de mi pobre prostituta coja, madame bijou
la mujer – amante
nada más que combustible de fenomenas
nada real en tu estela

solo puedo atarte como el tiempo siendo esclavo de él
y en ese sentido
dimensional
tu no tienes más que tres aristas, ni puntos cardinales
tu camino está extraviado
la profundidad es tu nombre
y ese rostro deseoso con el que te miras al espejo

por lo menos puedes atravesar la fantasía y metafísica y del otro lado
encontrarte con tu cuerpo
- que mentí en su cultivo, space rock de un cuerpo mejor, otras vocales como los personajes de Bolaño, todo es sexo en este secuestro –

la verdad de los escritores como tú
es que olvidan la palabra de su amor
y subrayan los nombres en una pequeña lista que comienza
con un saludo: Alberto
esa pequeña lista que con el tiempo será descubrir el verdadero significado
de tus palabras
en desgaste, Vanidad
es otra palabra como tu nombre
y tus intentos prosaicos

¿cuantas mujeres
muertas
en lo que lleva del año?
¿sería distinto asesinar a otra?
¿sería distinto besarse y prometerse el encuentro antes del próximo solsticio?

trabajadoras en maquiladoras
prostitutas de Bustamante
Indies que habitan tus fiestas
refiriéndose al cuerpo
a los hombres como toda Religión
y en ella
ya ni siquiera la fuerza de odiar
la fuerza de fe como Icaro y que vuelvas al cántaro de agua

nos vemos
de mano de un oficio
y de turno otro cuerpo
espero el arte cumpla tu deseo de exportación
y que todos los días
sean TU noche.